Miguel Ángel Alquinga Changoluisa: Un homenaje póstumo

20 de agosto 2020 9:33 por:

Tuve el honor de conversar con Miguel Ángel Alquinga Changoluisa unas semanas antes que falleciera, fue un encuentro franco y ameno, me contó la historia de su vida. En esta ocasión trataré de relatar los recuerdos que don Alquinga me confió.

Nació el 16 de agosto de l956, en las faldas del volcán Guagua Pichincha, en la parroquia Lloa, cantón Quito. Sus estudios los realizó en su localidad, empezó a trabajar desde temprana edad en curtiembre de cueros, fabricación de quesos y también en la mina de una hacienda. Al cumplir su mayoría de edad ingresó al servicio militar en un cuartel de las Fuerzas Armas en la Costa.

Años después conoció a Enma Quiroga, en Quito, sector de la Magdalena, de quien se enamoró y formó una sólida familia con tres hijos varones: Juan Carlos, Miguel Ángel, Jonathan Marcelo y una mujer, Jessy Margarita. Se enroló en una pequeña empresa de madera y, paralelamente, siguió el curso para obtener la licencia de chofer profesional en el Sindicado de Choferes Profesionales de Saquisilí.

Entonces, ingresó con decisión a poner en práctica su profesión de chofer. Comenzó en la hacienda Rasuyaco de don Víctor Tapia ubicada en Toacazo, Cotopaxi, trasportando la leche que producía. Por su desempeño serio y profesional le contrató la fábrica de Eacem S.A. productora de aceites vegetales de oliva, soya y palma para ocupar el cargo de chofer repartidor hacia diferentes ciudades del Ecuador e inclusive a Colombia y Perú.

Paralelamente, apoyaba a su esposa en la panadería que emprendió y, cuando disponía de tiempo los fines de semana, repartía manteca en el cantón de Sigchos.

Don Alquinga administró con eficiencia sus ingresos económicos y cuando dispuso del capital necesario compró un Omnibus Botar, modelo 87 y con el número 14 ingresó a la Cooperativa Interprovincial de Transportes Iliniza, y es así como se inició en el transporte público con su hijo Miguel Ángel.

Los socios de Coop. Iliniza reconocieron el liderazgo de don Miguel y lo eligieron presidente, desempeñándose con responsabilidad poniendo en alto el nombre de la operadora pues la legalizó y obtuvo los respectivos permisos de operación. Años después fue designado gerente, y con principios de honradez y disciplina, impulsó la construcción de la sede de la cooperativa y el incremento de un puesto para otro bus con el cual, todos los años, programaron viajes de turismo y romería al altar de la Virgencita de El Cisne. “Nosotros, dijo Don Miguel con emoción, mi familia y yo hemos sido bendecidos por esta Virgencita de la que somos grandes devotos”. En el año 2003 fueron nombrados priostes del Divino Niño Jesús de la Cooperativa Iliniza.

El 25 de junio del 2020, por méritos de su mente visionaria fue nuevamente electo presidente de la Cooperativa Interprovincial Iliniza. Ocupó gran parte de su vida para servir a la provincia de Cotopaxi y en especial a la Parroquia de Toacaso.

El 1 de julio de 2020, don Miguel Alquinga cerró sus ojos para siempre; al día siguiente, el 2 de julio, los miembros de la Cooperativa Iliniza realizaron una caravana con sus cenizas desde Lasso hasta Toacaso, las cuales fueron entregadas solemnemente a su hija Jessy.

Hoy, descansa en paz.