Transportistas con riesgo de embargo de unidades

19 de abril 2021 9:00 por:

Byron Morejón, presidente de la Cámara de Operadoras de Transportes de Los Ríos, informa que 71% de sus accionistas mantienen deudas que se agudizaron desde el inicio de la pandemia e incluso están sujetos a embargos. “Algunos compañeros tienen doble deuda: una por el chasís y otra por la carrocería. Otros optaron por el vehículo completo y lo financiaron entre 4 y 7 años plazo”.

Manifiesta que el problema no debe ser calificado por las entidades financieras como incumplimiento de pago de deudas, ya que es resultado de una situación imprevista que sorprendió a Ecuador y al mundo.  

Afirma que, el ingreso de los buses fue cero durante el confinamiento del 2020 y después han sido bajos debido a las restricciones sanitarias, entre ellas la suspensión de clases presenciales, el teletrabajo de servidores públicos, privados y una significativa cantidad de ciudadanos que quedó en el desempleo.

Los accionistas de la Coop. de Transporte Urbano Santa Rita, en su mayoría, se encuentran en mala situación pues renovaron sus unidades los últimos años.Varios socios de la Coop. de Transporte Baba, se encuentran en un contexto similar, con riesgos de embargo, afirma Ronal Gaibor, un dirigente.

Varios transportistas coinciden en que no es rentable movilizar pocos pasajeros y peor aún en rutas extensas como a Guayaquil o Quito por lo poco que cobran. A eso se añaden gastos en gel, alcohol, mascarillas, neumáticos y mantenimiento de la unidad. “Un vehículo de transporte público solo da para sobrevivir; no para pagar deudas. La situación está difícil, el Covid disminuyó los usuarios”,agrega Morejón.

En la Fenacotip se plantea una moratoria por un año con las financieras y casas comerciales ante el riesgo que embarguen las unidades ante las deudas pendientes.

Escenarios financieros  

En el sector financiero existen dos escenarios para la transportación: 1. La renegociación y la restructuración de deudas adquiridas para evitar el embargo de las unidades, y 2. La suspensión temporal de nuevas líneas de crédito para este gremio.

Mediante diálogos entre dirigentes de operadoras, representantes de los entes crediticios y directivos de las casas comerciales se trata de lograr acuerdos que los ayuden a sobrellevar la situación. Otros solicitan el apoyo del Gobierno Nacional que poco o nada puede hacer, tomando en cuenta que casi todos los recursos están siendo utilizados para atender los miles de contagiados por Covid-19.

Teojama: la crisis es para todos

“Declarada la pandemia, lo primero que hicimos en la empresa fue no liquidar a ningún empleado porque capacitarlos ha costado tiempo, esfuerzo y dinero. Además, no somos despiadados para aprovechar las circunstancias y dejar en la calle a cerca de 300 personas que tienen sus familias que mantener”, señala el Econ. Manuel Malo, principal de Teojama.

“El 2020 perdimos varios millones, pero el SRI no perdona, ni da plazos especiales, y a pesar de la falta de liquidez si una empresa no cumple con los plazos para pagar tributos  le ponen en la lista negra, le cierran acceso a trámites varios como la imposibilidad de emitir facturas, pagar aranceles ante la Aduana y otros. Todo un entramado de molestias. Y así quieren que venga la inversión extranjera.  

“Nosotros trabajamos de buena fe. Teojama es una empresa comercial, no somos banco eso debe entenderse. Cuando financiamos lo hacemos con nuestros propios recursos y pidiendo prestado a los bancos. Puesto que los bancos no financian a los transportistas, lo hacemos nosotros, pero con préstamo del banco. Lo hacemos a riesgo propio hipotecando nuestro patrimonio.

“No es cuestión de pedir refinanciación a la fuerza. No es cuestión sólo de exigir facilidades de pago. Nuestro clientes se acercan a proponer opciones. Un ejemplo de una compañía de transporte muy seria es este: Su gerente nos presentó documentos de que antes recaudaba mensualmente por unidad USD 2500, hoy solo 1300 y, luego de cubrir gastos le quedan 500. ¿Puedo pagarle USD 400 mensuales hasta mejorar? Yo le dije que si, por supuesto, porque estaba demostrando deseo de honrar sus deudas”, finaliza.

Todos nos sacrificamos a nuestra medida

Hay que detenerse a pensar que quienes viajan en los buses, por lo menos la mitad es gente desempleada que no tiene para pagar. ¿Quién los apoya? Ahora es tiempo de solidaridad y dejar de pensar en el bolsillo de unos pocos.