“Seguiré en el volante hasta que Dios quiera”

15 de junio 2020 9:00 por:

Hugo Solórzano es camionero de 65 años de edad y 40 dedicados a la transportación. Se inició en la empresa Indubasa transportando papelería de Babahoyo a Guayaquil, luego fue a distribuir comestibles y, en la actualidad en mudanzas.

Dos veces ha cambiado de vehículo pues “hay demasiada competencia informal”. Los piratas de placas particulares cobran más barato que él que pertenece a una cooperativa kegal cumple compromisos económicos.

Afirma que los transportistas son demasiado acosados con las medidas de tránsito que en lugar de prevenir, parecen ser recaudadoras, como los operativos de control que hasta por un bombillo lateral que no funciona quieren sancionar con fuertes multas. “Esos operativos no son para mejorar el tránsito sino para sacarnos dinero. De Babahoyo a Guayaquil hay 3 y hasta 4 operativos que no son temporales, sino todo el día como si hubieran instalado un nuevo peaje”. Asegura que buscan el mínimo detalle para sacarles dinero. “Si el parabrisas está un poco trizado molestan y enseguida viene la multa o la coima; pero eso no va conmigo. Califica de anti técnicas y excesivas las multas de fotorradares y fotomultas.

Don Hugo es recíproco y solidario en las vías y presta ayuda a algún colega a quien se le ha dañado el vehículo, porque a él en varias ocasiones le han auxiliado.

“A mis compañeros les aconsejo que sigan trabajando, porque pese a las adversidades hay que salir adelante y continuar esforzándonos hasta que Dios quiera”