Los políticos sirven al infierno y al cielo.

15 de junio 2020 9:00 por:

El virus ha dejado al descubierto una realidad que en condiciones normales solía esconderse tras las cortinas de “buenas obras para el país”, pero todos vemos las calles con huecos, los barrios sin agua, los asaltantes que asolan a la población, y sobre todo el descarado desfalco a todas las instituciones, fuera cual fuera, etc. etc. Esta realidad desnuda a todos LOS POLÍTICOS, por su incapacidad, ignorancia, insaciable ambición, grotesca actitud, discursos cantinflescos, su falta de honor, facilidad para servir a la vez al diablo y al arcángel y con resultados nefastos en su gestión pública por su falta de preparación e incumplimiento a sus ofertas de campaña. Descrito así, su imagen resulta horrenda: un monstruo que se camufla detrás de los carteles publicitarios con sonrisas cautivadoras, brazos abiertos, rostros “fotoshopeados” para seducir a sus electores, que por cierto, son incautos porque así lo han querido los políticos que norman la Educación. 

La pandemia en el país, lejos de rescatar la compasión y solidaridad de los políticos, los ha decantado permitiéndonos verlos en su verdadera dimensión. Solo para nombrar un botón: la Asamblea Nacional está llena de incapaces e inútiles individuos que solo velan por su sueldo, al punto que no se han rebajado sus ingresos, tampoco han disminuido a sus colaboradores de quienes se sabe que les “cobran tributos” para darles el puestito. ¿Qué hacen en tiempos de pandemia? Defenderse del rechazo del pueblo que pide a gritos sus renuncias; pero ellos son “aguantadores”, no se dejan vencer por el rechazo del pueblo ya que el dinero y el poder que manejan son su principal estímulo.

Todos hemos visto los resultados de las intervenciones de los políticos. Toman decisiones totalmente guiadas por los intereses de sus amos aunque el pueblo sufra. Y luego, viene su capacidad de aguante: soportan insultos, reclamos de la prensa, gritos de la gente, pero lo hacen porque saben que es cuestión de tiempo. Pronto llega otro escándalo y, ¡al fin!, pueden descansar para retomar su acostumbrada corrupción, porque el pueblo dirige su mirada hacia otro ladrón. Así actúan, porque no tienen vergüenza.

ES MUY IMPORTANTE que aprendamos a escuchar a los políticos y saber interpretar su lenguaje ambiguo: “aceptar y defender hoy día lo que mañana pueden rechazar”, así sobreviven ellos. Entonces, cuando un político le dice a su pueblo: “vamos a controlar”, “esto no permitiremos”, “vamos a trabajar”, ¡está mintiendo completamente! Con el Coronavirus constatamos el peligro de que la política aplaste a la ciencia, pues los políticos son más sabios que los médicos y hasta indican cuando el peligro ha pasado; es que ellos saben más que nadie ¿alguien lo duda?