La calle de las mejores cecinas y algo más, lugar imposible de ignorar

18 de diciembre 2023 9:00 por:

¡Venga, venga, aquí lo estamos esperando con la rica cecina al carbón; además, costilla asada, arveja con guineo, caldo y seco de gallina criolla!!!, son las exclamaciones que se escuchan a diario en “la calle de las cecinas”.

Catamayo, es un cantón ubicado a 36 km de la capital provincial Loja, con gran desarrollo por ser punto de encuentro, especialmente del transporte en todas sus modalidades, desde donde se dirigen hacia la Costa, Sierra, Amazonía y la parte norte del Perú, lo que origina que casi las 24 horas del día tenga un inusitado movimiento y, por tanto, el comercio se dinamice.

Su clima cálido seco, temperatura promedio entre 24 y 26°C es ideal para desarrollar el turismo a todo nivel.

Gastronomía

“La calle de las cecinas” como se la conoce se ubica en la Av. Catamayo e Isidro Ayora, diagonal al parque. Es fácil observar los letreros con nombres sugestivos como: Cecinas a la brasa Viejo Lucho, Mary 1 y 2, el Suco, Cristinita, Anahí, El Zuquito, La Tomeñita, Casita Vieja, El Exquisito Sabor, Asaditos Wilson, etc. etc. Es un ir y venir de los “comensales” al lugar de su preferencia para degustar su plato preferido. Por lo general estos negocios abren todos los días del año de 10H00 a 22h00.

Cuando uno va llegando a Catamayo, se observa en los restaurantes las grandes sábanas de carne secándose al sol, abriendo irremediablemente el apetito y no pudiendo resistirse a probar esta delicia.

Auliria Villalta Robles, cuenta que su madre María Macrina Robles hace 25 años fundó un pequeño negocio familiar denominado “Cecinas Mary, las mejores cecinas a la brasa de Catamayo”, siendo uno de los primeros locales que se abrió. Dice que no ha sido fácil; pero, gracias a la confianza de sus clientes y la excelente preparación de los platos, les ha ido bien.

¿Cómo se prepara la cecina?

La preparación es con carne de chancho, explica. Es una receta que ha pasado de generación en generación. Su tradición gastronómica y el sabor especial de sus platos atrapan a los turistas que llegan a este cálido lugar para dar gusto a su paladar.

Previamente y con mucha técnica, se cecina la carne en grandes lonjas finas, se adereza con aliños como ajo, pimienta, sal y achiote. Cada restaurante maneja las medidas del aliño, es un secreto de cada persona que prepara este apetecible plato. Finalmente, se la cuelga al sol hasta que esté deshidratada (seca) y queda lista para luego llevarla a la parrilla de carbón. El cliente -dice- pide el término de cocción que desea la carne. Se sirve con yuca y cebolla curtida acompañada de ají y un vaso de horchata. Su costo es de 8 dólares el plato grande y 5 el pequeño.

Adicionalmente, ofrece otros platos típicos y que tienen gran demanda como son la arveja con guineo acompañado de aguacate, caldo y estofado de gallina criolla, costilla de chancho asada, seco de chivo.

Nos hace notar que por tener Catamayo un aeropuerto y a pocos kilómetros el Santuario de El Cisne, los viajeros del país y del exterior llegan en gran número y no se van sin servirse la cecina y hasta piden para llevar.

José Luis, un conductor de carro pesado, al paso por Catamayo, cuenta que siempre lleva su cecina para servirse en el camino. “No hay nada igual que el paladar disfrute del sabor de la carne asada”, exclama y se despide. Sara Inés junto a su familia pondera el sabor de la cecina cuando van de turismo por Catamayo y disfrutan de esta “golosina”.