El trabajo de azafata es poco reconocido y sacrificado

20 de junio 2023 9:00 por:

Ser azafata no es sencillo. Es sacrificado viajar toda la noche pasando un día, de una ciudad a otra y en ocasiones humilladas por ciertos pasajeros que creen que nos pueden tratar mal”, dice Ruth Elizabeth Déleg, que lleva 11 años en este trabajo.

A sus 29 años es madre de dos niñas, una de 15 y otra de un año cuatro meses. La mayor vive en Machala con su abuelita, mientras que su pequeña viaja con ella desde que tenía un mes. “Está acostumbrada, duerme toda la noche no se despierta para nada, ni llora”. Sin embargo, piensa retirarse en un año más porque con el horario actual le será imposible atender a la niña.

Disfruta de su trabajo, le encanta viajar, conocer lugares, el contacto diario con los pasajeros y sus historias, hacer amistades.

Nació en Cuenca pero vivió en El Oro donde se vinculó al trabajo de azafata en las Cooperativas Ecuatoriano Pullman, Rutas Orenses, Panamericana, Flota Imbabura y desde hace cuatro años en Cooperativa Santa.

Actualmente la situación del transporte está mala. “A veces salimos con 8 o 10 pasajeros para cumplir con las frecuencias. Los ingresos debn cubrir pago de dos conductores, azafata, combustible, peajes, alimentación, etc. No queda ganancia. Hay empresas que cubren las mismas rutas y eso afecta. Adicional, está el pésimo estado de las vías, como la Cuenca-Quito, trayecto en el que tardamos tres horas más por el derrumbe de Alausí”.

Su rol es la limpieza de la unidad, revisar boletos, dirigirles a sus asientos, poner películas o música, abrir las puertas del baño, estar pendiente de quienes se quedan, entregar maletas. “Un trabajo de atención al cliente que me gusta mucho”.

Su relación con los dueños de la unidad y con los compañeros es muy buena. Indica que el conductor principal es como su padre. Los siniestros le impactan mucho y agradece a Dios que no han sufrido ninguno gracias a las exigencias impuestas a los conductores, como evitar el uso del teléfono mientras conducen. Igualmente, para eludir a la delincuencia no recogen pasajeros en la vía y realizan control a los pasajeros.