El conductor profesional, a veces, tiene que convertirse en psicólogo

22 de abril 2024 9:04 por:

Jaime Olmedo Barragán de 54 años de edad, manifiesta que su primera experiencia como conductor desde los 18 años, fueron en un camión pequeño de tres toneladas y que sus mayores satisfacciones las tuvo en el transporte pesado, porque el trato de los productores agrícolas que lo fletaban era amable y respetuoso.

La amplia trayectoria de Barragán como transportista y dirigente, lo lleva a afirmar que el conductor de bus de pasajeros, de manera empírica, se transforma en psicólogo al tratar diariamente con diversas personas. Es aquí donde el chofer recibe de manera frecuente, agravios, maltratos o insultos de los usuarios de diferentes niveles culturales y socioeconómicos que llevan consigo problemas originados en el hogar o en el trabajo.

Esas situaciones le obligan a desarrollar y adoptar procedimientos psicológicos como ignorar los agravios para evitar problemas mayores mientras conduce el bus. Sugiere a sus colegas transportistas tener un carácter pasivo y afable ante estas circunstancias y manifiesta que si, previo a iniciar su labor, tienen problemas en el hogar es mejor no conducir para evitarse situaciones que podrían ser fatales para los usuarios o transeúntes, porque la mente no está enfocada 100% en la actividad de conducir, sino que a ratos rememora el problema familiar.

Sus vivencias y experiencias en el volante le han permitido ganarse la confianza y respeto de sus compañeros entre los años 89 y 97 como camionero; luego como dirigente de la Cooperativa de Transporte Urbano Santa Rita en 1998; además, como gerente reelecto por cuatro periodos entre 2001 y 2018 y después presidente de la institución en 2020 hasta la actualidad.

Asegura que la actividad del transportista se ha degradado de lo formal a la informalidad. Rememora que por fines de los 80 o inicios de los 90, si era rentable; pero que, en la actualidad frente a la competencia desleal y gente carente de trabajo que ha visto en la movilización de personas una forma de ganarse algún dinero para sobrevivir, se ha ido degradando al punto que a los propietarios de buses les resulta imposible renovar sus unidades.