19 de agosto 2020 6:00 por: Redacción Buen Viaje
Edición 142 - Agosto 2020
A partir de mediados de marzo pasado, cuando el país debió confinarse en casa, desapareció el contacto personal, las reuniones de trabajo o de directorio se suspendieron y migraron al uso de aplicaciones virtuales. Los negocios dejaron de hacerse cara a cara, los pagos abandonaron los cheques para potenciar las transferencias bancarias o las tarjetas de crédito.
Fue tan súbito el cambio, que a muchos directivos del transporte terrestre tanto de pasajeros como de carga, les tomó por sorpresa y, de la noche a la mañana, se vieron frente al desafío de usar la tecnología para continuar con sus negocios y así sacarlos adelante.
Para la mayoría el sentimiento fue de estar frente a un inmenso océano de información en el cual se puede naufragar fácilmente. Lo conocimientos acumulados resultaron precarios y limitados frente a la infinidad de posibilidades que ofrece el mundo cibernético.
¿Qué aplicaciones usar? ¿quién puede asesorarme?, ¿cómo ingreso a los diferentes sistemas?, ¿dónde me pueden enseñar?, ¿qué tan caro es usarlo? Y miles de preguntas surgen en cada empresa de transporte y, muchas de ellas, sin respuestas adecuadas.
Frente a este desafío general, decidimos conversar con varios directivos del transporte quienes reconocieron que en su mayoría aún no tenían planificado utilizar las redes sociales como tarea prioritaria en sus empresas, por lo cual, estaban a cargo de algún joven que conoce sobre el tema o de la secretaria o contador quienes, de vez en cuando, colocaban alguna información.
El transporte interprovincial de pasajeros
Entre los requisitos que el COE Nacional impone para su reactivación, es que la venta de pasajes se haga “en línea”, y es debido a ella que en este momento, la mayoría de las empresas ya ha contratado o están en conversaciones con empresas que prestan este servicio: Esto significa que para contratar la mejor alternativa se debe conocer, al menos, algo del mundo digital.
La venta de pasajes
Es el tema que más interesa a las empresas interprovinciales y al que le han puesto su mayor interés. Y es en este punto donde queremos detenernos para presentar algunas reflexiones:
Los directivos tienen la obligación de prepararse bien para poder guiar a su personal y compañeros socios hacia la nueva era. |
Para bien o para mal, se impone la especialización técnica, ya no caben líderes “charlatanes” o buenos oradores que hablan de todo, pero nada entienden; ahora, se requiere gente preparada que saque adelante el negocio y motive a sus compañeros socios o accionistas dándoles la confianza de que saben lo que hacen y están en capacidad de tomar decisiones acertadas.
Cada directivo hará su propia introspección para sincerarse frente a si mismo y reconocer sus fortalezas y debilidades para luego, con respeto, nobleza y honorabilidad, indicar a sus compañeros de la empresa hasta donde puede guiarlos o, dar paso a nuevos cuadros preparados para la época actual.