20 de octubre 2020 10:00 por: Redacción Buen Viaje
BV 143 - Octubre/Noviembre 2020 • Quito
Fruto de una de las últimas erupciones del volcán Antisana, la laguna de Muertepungo nos maravilla con su majestuosidad. Su nombre significa “puerta de la muerte” y se encuentra a 4.200 msnm. Está enmarcada dentro de un paisaje andino con vistas espectaculares. Se pueden divisar volcanes como Sincholahua, Pasochoa, Atacazo, Pichincha y Rumiñahui.
La aventura inicia en Píntag. El camino es adoquinado hasta el desvío hacia la laguna. Es ahí donde comienza la adrenalina. Se necesita un carro alto y habilidad al volante para trepar por el estrecho y empinado camino que tiene grietas creadas por el agua de la lluvia y tramos de lodo. Pese a los retos, nos tomábamos unos minutos para divisar el hermoso paisaje que acompaña la carretera. Un panorama donde se avistan volcanes, piedras gigantes que son recuerdos de las erupciones, sembríos de varios colores y a la distancia, la ciudades de Quito y Sangolquí. Luego de aproximadamente 10km de recorrido, llegamos a una puerta donde pagamos la entrada al parque. Esta laguna está manejada por la Asociación de Muertepungo junto con la Fundación Antisana, Ministerio del Ambiente, USAID y The Nature Conservancy.
El camino desemboca en la laguna formada como producto del flujo de lava volcánica del Antisana en el año 1728. La última erupción de este volcán fue de tipo lateral y ocurrió en la caldera de Muertepungo, de ahí viene el nombre de la laguna. Esta erupción es conocida como “reventazón de Antisanilla”. La lava producto de este fenómeno se puede observar que recorrió aproximadamente 16 km desde la laguna de La Mica y sus residuos ahora forman parte del paisaje en la laguna Muertepungo.
Es un lugar ideal para caminatas, cabalgatas y campamentos. Existen senderos que llevan alrededor de la laguna y a sus páramos vecinos. Uno de estos senderos lleva a una cascada. La vegetación es de bosque primario, con muchas plantas de altura como chuquirahua y paja de páramo. Además, es hogar de conejos, lobos, venados, trucha arcoíris y varias aves como quilicos. La laguna está dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Antisana, por lo que la caza es prohibida.
Nos adentramos por el sendero que nos llevaría a recorrer el perímetro de la laguna. Se necesita buenos zapatos para la caminata ya que el piso es lodoso y está mojado en algunos tramos. Además, es recomendable llevar varias capas de ropa ya que la temperatura es baja y, en ocasiones, el viento sopla fuerte. A lo largo del sendero pudimos apreciar varias flores únicas de colores llamativos. La paz que se siente al estar en un lugar tan sagrado es incomparable.
La laguna se encuentra a 15km. al suroriente de Pintag, en la cordillera oriental, a tres horas de Quito. Si usted desea visitarla, recuerde que este es un sitio que merece respeto y cuidado. No se salga de los senderos, no bote basura, y si ve alguna recójala, apoye a la Asociación que cuida de esta laguna y disfrute del privilegio de poder llegar a donde pocos han llegado.