22 de febrero 2021 9:00 por: Redacción Buen Viaje
BV 145 – Febrero/Marzo 2021 • Quito
MANEJAR es operar un objeto, una grúa, residuos o un negocio. CONDUCIR es hacer funcionar controladamente un vehículo de un punto a otro aplicando conocimientos de su operación, sabiendo que existen leyes que cumplir. Es saber reaccionar ante situaciones difíciles. Así que… ¡conduzcamos!
Conducir es nuestra mayor exposición al peligro, pero esta exposición se puede y se debe afrontar con responsabilidad y así gerenciarla efectivamente. De todos los medios de transporte, el que se realiza por carreteras es el que tiene los índices más altos de mortalidad.
Han sido muchas las familias enlutadas debido a siniestros. Cuando analizamos las circunstancias llegamos a la misma conclusión de que “se pudo evitar”. Si bien es cierto que el Estado tiene y debe buscar las formas y medios para afrontar esta situación; también es cierto que “nosotros” como “ciudadanos”, tenemos la responsabilidad de contribuir con medidas de prevención para la disminución de estos eventos adversos.
¿Qué está sucediendo?
Los siniestros de tránsito están entre las cinco principales causas de muerte en el país. La media anual de 6,47 muertes por cada 100 mil habitantes (2014); 7,06 x 100 mil habitantes (2017) y 8,49 x 100 mil habitantes (2018), ubica a Ecuador como uno de los países con más alta tasa de mortalidad de América Latina.
Pero, lo que llama la atención y es el punto de donde debemos partir para tomar acciones preventivas, son las causas de dichos eventos mortales. El uso del celular es la principal causa de siniestros de tránsito durante los últimos cinco años. Luego está el exceso de velocidad, irrespeto a las señales de transito y el alcohol o drogas.
¿Qué hacer frente a tal situación?
Enfocarnos en colocar más airbags, sistemas ABC, cinturones de seguridad, etc., son medidas de mitigación que actuarán cuando ocurra el accidente. Preparar a los conductores para afrontar situaciones adversas durante la conducción es una medida de prevención para evitar un siniestro.
Aquí juega un papel importante un sistema de gestión de seguridad vial como la ISO-39001. Que se refiere a la implementación y certificación de requisitos mínimos que permitan salvar vidas y fomentar comportamientos más seguros en la conducción, suponiendo un impacto positivo en las organizaciones que implementan este estándar y en la sociedad en general.
También cuenta la experiencia de campo que nos comparte la NSC (National Safety Council ó Consejo Nacional de Seguridad), establecido en 1913 en Estados Unidos para la prevención de accidentes automovilísticos. La NSC brinda conocimientos prácticos y técnicas para evitar siniestros.
Además están las técnicas de manejo SMITH, las cuales desde mi punto de vista, deberían ser de obligatoria enseñanza en todos los centros de educación vial.
¿Cómo lograrlo?
Debemos suministrar herramientas que ayuden a las personas y organizaciones a reducir, y en última instancia, eliminar la incidencia de las incapacidades y la muerte por siniestros de tránsito. Estas herramientas deben ser medibles y siempre con la opción de una mejora continua, adaptadas a la cultura del país.
¿Qué es conducción a la defensiva?
Es conducir de manera tal que evitemos accidentess a pesar de las acciones inadecuadas de otros conductores y de las condiciones adversas en las vías. Para el logro de ese objetivo existe el METODO SMITH desarrollado por Harold Smith en 1948 y se estableció en 1952 como la empresa “Smith System Driver Improvement Instituto” (Instituto Smith para el Mejoramiento del Conductor). Cuenta con cinco conceptos clave diseñados para ver y evitar los peligros al conducir.
Explicar y más importante practicar cada una de estas técnicas requiere dedicar un tiempo considerable. Es necesario aprenderlas a profundidad si reflexionamos que conducir es un hábito que lo realizamos automáticamente, sin razonar o pensar y que todos tenemos buenos y malos hábitos a la hora de conducir.
Más información: CONSULTORES INTEGRALES: 0984958527