21 de diciembre 2020 9:00 por: Redacción Buen Viaje
BV 144 - Diciembre . Enero 2021 • Quito
Ubicadas en la provincia de Napo, estas maravillas naturales ofrecen una oportunidad de escapar de la ciudad y aprender el valor de sus ecosistemas. La Reserva Cayambe Coca es una de las fuentes principales de agua dulce del país. De aquí, nacen importantes cuencas hidrográficas que proveen agua a zonas en Esmeraldas, Imbabura, Pichincha, Coca, Napo, Sucumbíos y Pastaza. El agua viene principalmente de las nieves derretidas del Cayambe y Sarahurco. Los pajonales y pantanos capturan el agua y alimentan ríos subterráneos que han formado cuerpos de agua de muchos tamaños.
El sistema de lagunas de Papallacta está compuesto por 28 cuerpos de agua. Las rutas de caminata recorren varias de ellas, como la Laguna Loreto, Laguna Baños, Laguna San Cristóbal y Laguna Mogote, entre otras. Lamentablemente, los efectos del cambio climático combinados con incendios e impactos negativos a la flora, han puesto a estas zonas en grave peligro. Lo que significa que su biodiversidad está amenazada junto con las fuentes de agua potable para muchas poblaciones ecuatorianas.
Cada vez que abra la llave, piense en todo el camino que el agua ha recorrido para llegar a donde usted y lo valiosa que es.
La Laguna Loreto es una de las más accesibles y cercanas entrando por el punto de control “Baños”. Tiene un área de 47 hectáreas aproximadamente y se encuentra rodeada por montañas cuya pared es parte roca y parte bosque montañoso muy húmedo. En ella viven peces como truchas y los patos, y hay varias aves que sobrevuelan buscando alimentarse. Hace más de dos décadas se llevó a cabo un proyecto hidroeléctrico y la represa sigue aún presente. También está La Laguna Mogotes, ubicada a casi 7 km del punto de acceso, tiene un área de 37 ha. Esta es una opción viable si quiere caminar varios kilómetros o ir en bicicleta.
Otra atracción cercana y a la vez despampanante en belleza y encanto es la Cascada Milagrosa. Se la llama milagrosa ya que se ha abierto camino a través de una roca grande y se encuentra en el medio del bosque de Polylepis y era parte de ceremonias rituales en el pasado. El acceso comienza por una ruta abierta y empinada, unos 500 metros después hay una pequeña entrada. Desde allí un camino de 100 metros de longitud a la orilla del río, nos guió hasta la cascada que nos recibió llena de vida, pura, limpia y cristalina. El camino el lodoso, pero el destino vale la pena.
Al regresar, pudimos divisar un zorro que estaba cruzando el camino. Le dimos suficiente espacio para que no se asuste y continúe su camino.
Variedad de ecosistemas.
Los caminos hacia las lagunas y la cascada están acompañados por un paisaje espectacular donde, en días despejados, se le puede ver al volcán Antisana. La zona tiene varios ecosistemas: páramo de pajonal, páramo pantanoso, bosque de neblina montano, bosque siempre verde montano alto y bajo, entre otros. El clima es frío, con una precipitación promedio de 1600 mm. al año y una temperatura promedio de 9°C que puede bajar hasta los 0°C en las madrugadas.
La naturaleza nos protege
La pandemia nos ha llevado a explorar más nuestros alrededores y elegir la naturaleza como opción de escape del amontonamiento y riesgos de contagio que hay en las ciudades, ya que nos brinda seguridad, suficiente espacio para no amontonarnos y aire puro.
Sin embargo de tanta generosidad y entrega sin pedir nada a cambio, muchos siguen sin darle el valor y respeto que se merece nuestra naturaleza. Si usted va a visitar alguna de estas maravillas, no se olvide que su obligación es tener cuidado y moverse responsablemente, sin salirse del sendero, sin botar basura, sin hacer ruidos o gritar y sin destruir la flora ni la fauna. Agradézcale a la naturaleza por su hospitalidad teniéndole consideración y dejándola tal cual como la encontró. Luego, regrese a casa y haga conciencia para no continuar con sus malos hábitos de excesivo consumismo, deje de pedir tanta bolsa plástica, evite los envases de un solo uso, recicle, reuse, separe su basura y apoye con su grano de arena para mantener con vida a nuestra madre naturaleza.