19 de agosto 2020 6:00 por: Maritza Guevara
Ambato • Edición 142 - Agosto 2020
Años atrás las carreteras eran difíciles de transitar, los vehículos eran pesados y lentos, por eso mi papi se amanecía conduciendo, al verlo yo pensaba que algún día voy a crecer y le voy ayudar para que él descanse.
El transporte es una pasión que no todos poseen, ni entienden. Soy ambateña y tengo 40 años. Aparte de conducir tráiler me dedico a la administración del transporte de pesado, soy Gerente General de la Compañía de Fractruck S.A., una de las más grandes de Ambato. Además, soy miembro del directorio de la Federación de Transporte Pesado de Tungurahua, mi trayectoria es de 20 años en el transporte pesado y manejo el tráiler unos 8 años.
Conduzco desde los 16 años, luego entré a trabajar como secretaria en una compañía de transporte pesado y empecé a conducir los vehículos grandes que siempre me llamaron la atención y fue mi pasión manejarlos. Lo logré exactamente desde que me casé con Edison Medina hace 14 años.
Mis padres y tíos son transportistas de toda la vida. Somos cinco hermanos, cuatro mujeres y un hombre todos conducimos y tenemos la licencia tipo C y E. Tuvimos un gran maestro: mi padre. Cuando dejó el comercio y se dedicó al taxismo, yo le ayudaba los fines de semana. Fui la primera mujer taxista y la gente me preguntaba si no temía a los asaltos, otros se subían con temor de que pueda pasarles algo ya que siempre había el mito de que las mujeres no nos llevamos bien con el volante. Aprendí mucho los 4 años en el taxi.
Fue difícil empezar en el transporte pesado, tuvimos contratiempos pero salimos adelante. Mi esposo hacía cuatro vueltas a la semana con el tráiler, pero la cuarta vuelta resultaba cansada, así que empecé a salir con él y ayudarle hasta que descanse unas horas. Sentía vértigo al mirar a la distancia y por la altura del camión, pero una vez acoplada desaparecía todo y solo me embargaba una sensación agradable.
Anécdotas y decisiones.
Pese a mi amor por la carretera decidí dejarlo por cuidar de mis hijos pequeños. Hoy ayudo a mi esposo desde la compañía. Ahora está manejando mi hijo de 19 años que es la nueva generación. Esto lo llevamos en la sangre.
¿Qué necesita una mujer para manejar una empresa?
Lo más importante es la experiencia y el conocimiento de la realidad que vive el transportista. He salido adelante pese al machismo y porque ellos no sabían cómo solucionar los temas administrativos y me lo dejaban a mí, ahí empezó la confianza y el respeto; también está la seguridad que presento ante la Asamblea y los compañeros.
Conoce más sobre las damas traileras: https://bit.ly/3aUWRMd