20 de junio 2024 9:00 por: Ana Maria Moncayo
BV 165 Junio - Julio 2024 • Quito
Frente a la Universidad Salesiana en La Floresta, encontramos a Giovanny Cayambe, de 33 años, originario de la provincia de Bolívar. Conduce un bus intracantonal en la ruta Quito – Sangolquí.
Lo que se hereda no se hurta. Maneja desde los 13 años. Su padre, que era conductor de carga pesada, influyó en su elección pues le enseñó a conducir en un Ford 750. Desde los 22 años tiene licencia profesional. Al momento tiene los tres tipos: C, D y E.
Hay que ser muy consciente del trabajo que tenemos porque uno es responsable de las vidas que lleva de un lugar a otro. Es un trabajo difícil, pero tiene sus satisfacciones”
Según Giovanny, no todos pueden ser conductores. Es un trabajo que debe gustarle a quien lo hace, “hay que tener madera de conductor”, señala. Esto quiere decir que uno se prueba todos los días y en todos los momentos. “Una de las dificultades de ser conductor es que hay muchos novatos, con licencias recién sacadas, muy imprudentes, que no tienen idea de los riesgos que implica conducir un autobús. Tienen la licencia profesional, pero no la experiencia”.
Conducir le da muchas experiencias bonitas, pero lo que más disfruta es la oportunidad de conocer muchos lugares del Ecuador. Gracias a su trabajo ha llegado a sitios que nunca se imaginó que existían, uno de ellos las playas de Cojimíes. Por un contrato especial, llevó a estudiantes de la ESPE a Cojimíes y quedó impresionado por la belleza del lugar.
Tal vez en el futuro intente trabajar en un transporte interprovincial. Dice que lleva el oficio de transportista en la sangre. Por eso, no importa en qué modalidad esté, pero seguro continuará en este trabajo hasta jubilarse.