23 de febrero 2024 1:58 por: Ana Maria Moncayo
BV 163 Febrero-Marzo 2024 • Quito
Los subsidios siempre han formado parte de la economía de nuestro país y han dejado de ser un tema únicamente económico para convertirse en político. En muchos casos, la simple idea de eliminar un subsidio puede ser detonante de un estallido social e incluso de la caída de un presidente.
Las universidades y otros centros de educación superior públicos son financiados con recursos estatales. Los recursos asignados a los públicos se distribuyen en función al número de estudiantes y el costo de cada carrera. Los centros superiores particulares también reciben fondos estatales que ayudan a garantizar la excelencia académica y disminuir los costos de colegiatura.
Sabemos que el Estado atraviesa una aguda crisis económica y está altamente endeudado. Ante la falta de liquidez, una de las propuestas para conseguir recursos es focalizar el subsidio a los combustibles, de esta manera se generan ingresos para el Estado sin afectar a quienes más lo necesitan.
Con estos antecedentes, Revista BUEN VIAJE se pregunta ¿cómo podrían las universidades y demás centros de educación superior contribuir a esta iniciativa que tiene dificultades para concretarse?
El Ecuador tiene muchas y muy buenas universidades y escuelas politécnicas sean públicas o privadas. Centros intelectuales que forman profesionales capaces de transformar no sólo su entorno cotidiano, sino el mundo.
La crisis económica que atraviesa el Estado ecuatoriano debería ser una oportunidad para que los centros de educación superior se replanteen el papel que desempeñan como actores de desarrollo del pensamiento y conocimiento científico.
A todos nos urge que el Estado ecuatoriano tenga suficientes ingresos que aseguren la calidad de vida de la población y que sean invertidos con prioridad en seguridad, educación, salud, protección, infraestructura, etc. Los expertos coinciden en que uno de los mecanismos más eficientes para obtener esos recursos es la focalización del subsidio a los combustibles. Sin embargo, hasta la fecha no se ha encontrado el mecanismo adecuado para que esta medida se implemente. Su ejecución requiere, además de la voluntad política, sólidos estudios técnicos y mecanismos de control para evitar la evasión.
¿Qué dan a cambio de los fondos recibidos?
Como Revista nos preguntamos ¿por qué las universidades y escuelas politécnicas no trabajan conjuntamente con autoridades del Gobierno para presentar alternativas viables para que nuestro país pueda salir adelante de una buena vez? Así, todos nos beneficiamos. Encontrar el método adecuado para aplicar la focalización de los combustibles es la oportunidad ideal para apoyar al país. Las escuelas politécnicas y universidades deberían ser actores sociales indispensables en la gestión de todo Gobierno, así habría un equilibrio entre lo que reciben y lo que dan.