19 de agosto 2020 6:26 por: Maritza Guevara
Edición 142 - Agosto 2020
Santiago Reyes, gerente general de Sudacam, representante de Marcopolo en Ecuador, indica: “Básicamente, se debe cumplir las normas que se exigen en los reglamentos técnicos emitidos por el INEN que indican lo que se debe hacer, cómo hacerlo y que inspecciones se debe realizar. En los buses importados se hace una verificación del producto terminado final, aunque existe la solicitud de que también a los buses importados se les haga la revisión mientras están en producción.
¿Por qué no es probable inspeccionar en la fábrica?
Las fabricación de las unidades de Marcopolo en Brasil se realiza mediante una línea de producción continua, dinámica y controlada por computadoras; por lo cual, revisar por ejemplo el proceso de soldadura en cada unidad que se fabrique para el mercado ecuatoriano, es básicamente imposible, porque al ser una línea de producción que elabora al día aproximadamente 60 unidades, no se la puede interrumpir o detener para que un inspector, independientemente del conocimiento que posea, le consulte a un robot que es el que generalmente realiza el proceso de soldadura de una estructura. No se puede sacar a un bus para hacer este interrogatorio.
Certificación COP
Para solventar esa imposibilidad, las fábricas grandes obtienen un certificado llamado COP (Certificado de Conformidad de la Producción por sus siglas en inglés). Este certificado es emitido principalmente por organismos internacionales certificadores que, aleatoriamente, toman muestras de varios tipos de procesos a lo largo de la producción de un bus, para constatar que la calidad que se declara que tiene la unidad es la misma en todas las unidades que se fabrican.
En las líneas de producción no es posible parar la producción programada como se hace en Ecuador, donde hay una mayoría de talleres artesanales de fabricación de carrocerías. Sería recomendable que ellos como parte de sus procesos de calidad, adopten certificaciones internacionales como el COP que les permitirá optimizar procesos y hasta llegar a optar por la exportación de sus productos.
La COP es emitida por laboratorios europeos. Para pasar todos esos procesos y requisitos se requiere que haya mucho profesionalismo para cumplir los estándares exigentes. Si todos los buses son exactamente iguales en su construcción, entonces no hay ningún problema; pero cuando cada bus es distinto pese a ser el mismo modelo de carrocería montada sobre el mismo chasis, es porque es artesanalmente fabricado y; entonces, la estructura no será igual y habrá variaciones significativas.
Norma R66
Marcopolo acaba de renovar la última versión de la norma R66 de Europa, la más exigente del mundo para la seguridad de los pasajeros y construcción de carrocerías. Esa norma la debe cumplir todo bus que quiera circular por la Comunidad Europea, y Marcopolo la obtiene a través de un laboratorio de Inglaterra que es uno de los más reconocidos a nivel mundial como es el VCA (Vehicle Certificación Agency) que emite el Certificado de Acreditación Vehicular a costos extremadamente altos.
¿Cuántos laboratorios certificadores hay en el mundo?
Existen varios que pueden dar las dos certificaciones ya mencionadas. Actualmente, Marcopolo trabaja con VCA de Inglaterra. Antes trabajaba con Ilíada un laboratorio español; hay otros en los países bajos como Francia (Paris), todos emiten la norma R66 común para los fabricantes de carrocerías. Lo que hacen esos laboratorios es certificar que la calidad del bus está de acuerdo a los requisitos que exige la norma.
Beneficio de cumplir con las dos certificaciones.
Es garantizar que todas las unidades tienen exactamente el mismo proceso de construcción, que la soldadura es la misma (hecha generalmente por robots). La fiabilidad de las carrocerías es muy destacable al ser fabricadas en procesos en línea con tecnología incorporada en cada paso.
Otro beneficio es que los vehículos fabricados bajo estas normas no se limitan a venderse en el mercado local, sino que se los puede exportar a cualquier parte del mundo. Por otro lado, certifican que los fabricantes ya son industrias de primera línea para garantizar una carrocería de calidad en todo sentido.
La norma más complicada de cumplir es la R66. El Laboratorio VCA garantiza que se cumple con la R66 y con base a ello se puede obtener el certificado COP que dura dos años y su costo de obtención es de aproximadamente un millón de dólares, cada dos años.
Marcopolo no hace únicamente pruebas en software virtuales simulando colisiones o virajes en el computador, sino que aleatoriamente realiza una prueba completa de destrucción en un bus ya fabricado, con pruebas de vuelco, impacto frontal, impacto lateral, etc. en donde se garantiza la ingeniería apoyada por más de 150 ingenieros encargados del diseño de cada modelo. Cada bus fabricado es aprobado por uno de los grupos de ingeniería que verifica puntualmente todos los puntos de inflexión, los puntos críticos, la repartición de pesos, centro de gravedad, etc. Así se logra realizar cálculos estructurales correctos y de pesos.