21 de octubre 2020 12:02 por: Maritza Guevara
BV 143 - Octubre/Noviembre 2020 • Quito
Frente a las rivalidades existentes no se debe matar a la institución sino cambiar a quienes estarían generando los conflictos. Las bases deberían unirse para no perder su organización madre y todo lo que han construido hasta ahora con tantos años de trabajo y dinero.
Desde hace algunos años hemos podido constatar que la Fenacotip ha venido sufriendo un desgaste a nivel dirigencial. Hemos sido testigos de querellas entre dirigentes que, sin importarles el desprestigio de la Institución y sin respetar a sus bases, han utilizado las redes sociales, los medios informativos y toda oportunidad para descalificarse mutuamente, creando bandos y resentimientos que están debilitando la unión de la Federación y poniendo en entredicho su fortaleza y capacidad de acción, no solo frente a los usuarios, sino frente a los organismos estatales.
Llevados por el afán de apoyar el fortalecimiento de la Federación a la cual conocemos desde tantos años atrás, decidimos conversar sin reservas con algunos directivos y, especialmente, con numerosos socios de base a nivel nacional. Les presentamos una recopilación de sus puntos de vista:
Breve antecedente.
Un alto deterioro se viene percibiendo desde el paro de octubre 2019 cuando se ordenó la suspensión de actividades de los buses por más de 10 días, lo cual dejó una pérdida económica que repercute hasta hoy. Como resultado hubo un resquebrajamiento en algunas Uniones. A esto se suma la actual pandemia que ha obligado a las filiales a parar casi seis meses. Se han hecho planteamientos al Gobierno que en mínima parte han sido atendidos. Todo lo cual ha llevado a que crezca el descontento y esto podría ser una de las causas para la formación de una institución paralela con la figura de “Cámara de Transporte de Pasajeros”. La intención, aunque pretenda ser buena, podría fraccionar a todo el sector, quitarle fortaleza y, por ende, debilitarle frente al Estado.
Los directivos y su gran responsabilidad.
“Las bases exigen madurez dirigencial y respeto a la Federación. Los socios de base que son la razón de ser de la institución viven al día, están endeudados y se sienten sin apoyo, mientras sus líderes ahondan sus diferencias. En lugar de resolver los problemas con auténtica dedicación, utilizan a la Federación como plataforma política.
“Hemos hablado con los directivos pero no escuchan las sugerencias de las bases, y cuando parece que aceptan alguna recomendación, no la ponen en práctica. Antes éramos fuertes, pero ahora no. Debemos reflexionar que construir es difícil, pero destruir es cuestión de segundos.
“Las Uniones fueron creadas para defensa de clase en cada provincia; pero hoy a los vocales les pagan por sesión; ¿quién no quisiera ser vocal? Si su respaldo fuera para apoyar asistirían sin ser pagados. En las Uniones provinciales no se exige renovar a los directivos, por eso se repiten los mismos. En varias Uniones se han desafiliado algunas cooperativas”.
Dar paso a nuevos talentos.
“Es imperativo que se renueven los directivos a nivel nacional pues nos vienen días extremadamente difíciles que hasta podríamos desaparecer. Los tiempos han cambiado muy bruscamente, pero los dirigentes siguen siendo los mismos de siempre.
“¿Acaso las nuevas generaciones son incapaces o no están preparadas? ¿Por qué no les permiten llegar a niveles dirigenciales? ¿Por qué estamos despreciando el talento de nuestros descendientes y su aporte a la modernización? Los líderes antiguos ya cumplieron su papel y deben dar un paso al costado para que vengan nuevas y frescas mentes que tomen las riendas. Hay cerebros lúcidos con fuerza e inteligencia. Los antiguos directivos que tengan méritos podrían formar un organismo consultor, de conciliación, mediador de las circunstancias para que asesoren y apoyen”.
Mas opiniones a nivel nacional.
“Dentro de nuestro propio gremio estamos divididos y por eso el Gobierno no atiende nuestros pedidos. La desintegración está dejando al transporte informal ganar espacios que le corresponden a los interprovinciales”.
“Lo más terrible que nos puede pasar es fraccionarnos. Hay que resolver las discrepancias y no permitir que se debilite la fortaleza de la Federación, cuya razón de ser es la defensa de clase de todos los asociados unidos en solo puño”.
Las bases sienten abandono.
“Gastaban miles de dólares en los juegos deportivos, pero en esta pandemia ¿por qué no pusieron esa plata para ayudarnos? Arroz, azúcar, aceite, no cuesta mucho. En esta dura época debieron hacerse presentes para apoyar, pero prefirieron ignorarnos. Las filiales han aportado mucha plata a nivel nacional”.
“Hoy, que tanto se ha necesitado no se ven resultados. Esa es la preocupación y en muchas provincias nos hemos puesto a luchar solos y ver como salvar los trastos. Los asociados al ver que no hay resultados, dejan de creer y eso genera desconsuelo”.
Desmotivación y corresponsabilidad.
También las bases comparten culpa desde el momento que no exigen cambios, no demandan renovación. Algunos se conforman con poco, reciben alguna ayuda y no piden más.
El desinterés de los socios de base se nota cuando no asisten a las sesiones y dejan a sus directivos solos, no les exigen resultados y, generalmente, dentro de sus propias cooperativas permiten el surgimiento de subgrupos opuestos a todo y que solo generan rivalidad y desestabilidad. Ya es hora que comprendan que mientras continúen con los “mini pleitos” internos, no tendrán tiempo de mirar más allá y darse cuenta que su Federación está siendo maltratada.
Se impone reflexionar.
“Tenemos que analizar el voto para elegir excelentes y sabios dirigentes que no busquen solo figurar, sin trayectoria ni preparación. Si seguimos con los mismos de siempre, en cualquier futura elección solo vamos a cambiar “diablo con diferente rabo”.
Propuestas para cambios.
1. Promover un dialogo serio. Cada una de las Uniones debe solucionar sus propios problemas. Eso ha faltado casi siempre y ahora se nota con más fuerza. Una vez depurados se puede lograr mucho más.
2. Convocar a una gran reunión nacional invitando a los directivos de todas las cooperativas a dar sus puntos de vista y así llegar a acuerdos para darse las manos entre provincias y ayudarse mutuamente con buena voluntad.
3. Reformar los estatutos y reglamentos. Una votación universal es lo más sano; es decir, que los dirigentes de cada cooperativa grande o pequeña de todo el país tengan derecho a votar y así cortar posibles caminos para malos movimientos electorales.
4. Los actuales directivos por sus largos años de servicios prestados, deben dar paso a otros para que también demuestren sus destrezas como dirigentes.
Todo problema puede solucionarse mediante el diálogo y conversaciones francas e inteligentes. Tanto las grandes como las pequeñas cooperativas deben sentirse orgullosas de su Federación madre y defenderla de verdad.