Plan RENOVA, de la utopía al olvido

19 de abril 2021 9:00 por:

El plan Renova o de chatarrización ya no existe. Desapareció. Fue una especie de elefante blanco de un proyecto inconcluso o en el olvido cuyos costos superaron los beneficios que suponía para los transportistas.  

Renova nació en 2008. Se creó en función de la enorme cantidad de dinero que manejó el Gobierno de Rafael Correa. El programa permitía, a los propietarios de los vehículos del transporte público o comercial, renovar sus vehículos a precio preferencial con carros de ensamblaje nacional o exonerados de aranceles para los importados, a través de un incentivo económico. Para apuntalar la industria nacional, se condicionó que la estructura tenga incorporado un porcentaje igual o superior al 15% de componentes locales calificados por la ANT. Según datos proporcionados por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que manejó el proyecto, hasta julio de 2015 se renovaron 20.241 unidades de transporte, siendo los taxistas los más beneficiados con 9.007 unidades. La inversión bordeó los 120 millones de dólares.  

Pero, la historia no fue un cuento encantado para muchos transportistas del litoral como en el caso de Jonás Litardo, guayaquileño con 30 años de experiencia en el gremio. “Fue una utopía. Creé la compañía, formalicé los servicios, saqué los documentos para poder aplicar.

Obtuve las facilidades del crédito en la Corporación Financiera Nacional (CFN); pero, las antiguas cabezas dirigenciales empezaron con las trabas y triquiñuelas, para que los mismos carros viejos sigan trabajando y así mantener el permiso de operación. De allí viene la sobrepoblación de carros viejos con límite de hasta 32 años de antigüedad”, explicó Litardo a RBV.  

Mientras que Denis Quispe agradece a Dios que no fue beneficiado con el programa. “En este momento estaría en graves aprietos económicos, si así nomás la situación está dura”, dijo el gerente de Transcarga, operadora que transporta contenedores a nivel local. Quispe rememora que no pudo acceder por la tramitología engorrosa. “Tenía que sacar permisos operacionales de la compañía, de los carros. Es más, dos veces se perdió mi carpeta con la documentación en las oficinas de Quito”, justificó. El parque automotriz de Transcarga cuenta con 10 unidades, de las cuáles 7 tienen más de 30 años de vida útil, “pero están en buenas condiciones para seguir trabajando”, según lo afirma.  

Una fuente de la ANT reveló a nuestra Revista, que en la actualidad no hay interés en retomar el Plan Renova. “No hay presupuesto en la CFN. También con base en informes técnicos de las empresas chatarrizadoras ya no es viable retomarlo”. 

Para Edicta Bravo, economista que preside Transportes Galgo, el plan también le dejó un sabor amargo. “Hay una distorsión completa del transporte pesado motivada por la autoridad, ya que no hay un conocimiento real de la problemática de nuestro campo”, dijo. “Podría existir un rediseño de esto a través de la empresa privada, pero es obvio que tendría un enfoque de negocio. El transporte pesado, hoy por hoy, no es rentable por la sobreoferta de carros, en cuyo caso el responsable es el Estado ecuatoriano por la mala aplicación de la ley”, agregó la Economista. 

En 2017, Mavesa y Autec, empresas privadas, se sumaron al Plan Renova impulsado por la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador. Este proyecto funcionaba de manera similar al estatal, pero para financiar los bonos que se entregaron, estas empresas destinaban un porcentaje de cada vehículo importado a un fideicomiso.