21 de junio 2023 1:16 por: Redacción Buen Viaje
BV 159 Junio-julio 2023 • Quito
El 17 de mayo de 2023, el presidente Guillermo Lasso, amparándose en el artículo 148 de la Constitución de la República, disolvió la Asamblea Nacional de Ecuador y convocó a nuevas elecciones para Presidente y asambleístas.
El Primer Mandatario utilizó este mecanismo conocido popularmente como la “muerte cruzada”, para resolver la crisis política que atraviesa el Ecuador. La causal de crisis política invocada estaba configurada ante la inminente posibilidad de su destitución por la Asamblea.
Obviamente, fue una decisión que satisfizo a muchos aunque no gustó a todos. Los líderes de la oposición lo acusaron de promulgar un acto inconstitucional al carecer de la motivación suficiente. Dijeron que Guillermo Lasso prefirió la vía más fácil ante el temor de su destitución como resultado del juicio político planteado -con más dudas que certezas- en su contra.
Por otra parte, analistas políticos y académicos coincidieron en que fue una medida necesaria pues la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo se había tornado inmanejable. Fue una carta brava que se jugó el mandatario pues las fuerzas políticas fueron incapaces de encontrar una solución y un espacio de diálogo que permita superar los graves problemas del país. En este complicado escenario, la inmediata convocatoria a elecciones contribuyó a generar un clima de expectativa entre los actores políticos y los ciudadanos.
Con la muerte cruzada el Presidente intentó ofrecer una solución para superar la ingobernabilidad del país, la inestabilidad y el entrampamiento políticos. A la par, generó aceptación entre la población cansada de la mala actuación de la Asamblea.
Al día de hoy los hechos están dados. No es la primera vez que en el Ecuador se destituyen presidentes; pero sí la primera vez que se utiliza el mecanismo establecido en el artículo 148 de la Constitución de Montecristi.
Esperemos que la facilidad de enjuiciar políticamente a un gobernante por parte de la Asamblea Nacional y la disolución de ésta utilizando lo previsto en la Constitución de la República, no se tornen en mecanismos habituales en el quehacer político del Ecuador. Si eso sucede, estaremos facilitando el camino para llegar a crisis políticas, institucionales y recambios presidenciales tan rápidos como sucede en nuestro vecino Perú.