23 de junio 2025 11:52 por: Glenda Rea León
BV 171 junio-Julio 2025 • Riobamba
Elizabeth Vallejo decidida a romper estereotipos se capacitó, eliminó miedos y perjuicios para convertirse en una mujer conductora. Muy joven tenía temor de estar tras un volante; pero, a los 38 años decidió estudiar para obtener licencia tipo C.
Toda su vida se dedicó al hogar como su prioridad y decidió aportar a la economía de la familia. Ya convertida en mujer conductora, se inició en una compañía de carga liviana recorriendo la zona urbana y rural del cantón Cumandá (Chimborazo). Manejaba despacio, pero poco a poco fue tomando confianza, siempre atenta a cualquier contratiempo en la vía, ya que se cruzaban transeúntes y motos.
Su tiempo lo dividía entre ama de casa y conductora. Como anécdota recuerda que una vez estaba preparando el almuerzo y le llamaron para una carrera, entre risas cuenta: “Ahí dejé las ollas, apagué la cocina y me fui.”
Cada kilometro que recorre representa una historia de esfuerzo, demuestra que no hay edad ni rol que limiten los sueños y que nunca es tarde para empezar. Menciona que entre sus amigas del volante prevalece el orgullo de realizar un trabajo que, muchas veces, es mal visto por el sexo masculino.
“Las mujeres podemos y muchas veces somos mejores en el volante. Con firmeza, esfuerzo, preparación y coraje no hay volante que no pueda ser tomado por una mujer”. Vallejo conoce su responsabilidad y por eso revisa su camión antes de tomar cualquier ruta: frenos, gasolina, aceite, espejos, sus documentos personales y, por supuesto, el cinturón de seguridad.
Esta es la historia de miles de mujeres que, como Elizabeth, aprendieron a manejar para trabajar.