22 de febrero 2021 9:00 por: Víctor Espinoza
BV 145 – Febrero/Marzo 2021 • Vinces
Nació en el cantón Juján, provincia del Guayas, el 12 de julio de 1950, parte de su vida se desarrolló en el seno de una familia tradicional de agricultores, como estudiante, chofer, socio fundador, creador de varias compañías y dirigente de la transportación en la región Costa.
Con tanta trayectoria en su haber, sugiere a sus colegas permanecer unidos en los gremios de transportistas provinciales y nacionales y no trabajar de manera aislada. Mantener la solidaridad en las vías con los compañeros afectados por cualquier motivo. Mejorar sus vehículos para ofrecer un buen servicio a los usuarios y evitarse problemas con las autoridades de tránsito. |
Don Luis tiene 70 años de edad, de los cuales 50 ha estado frente al volante. Narra que cuando tenía 17 años perdió el cuarto año de estudios secundarios. Ese fue el motivo para que su padre compre una finca y la familia se mudó al campo. Pero, como no se adaptó a la vida campirana, se fue de la casa hacia la provincia de Los Ríos, donde trabajó como oficial en bus de la Cooperativa de Transportes Flota Babahoyo Interprovincial (FBI) junto a un tío que era el chofer de una unidad, y después en la Cooperativa de Transportes FIFA de Vinces.
En esa etapa de su vida nace su vocación de conductor. Se capacitó y luego obtuvo la licencia de chofer profesional que le permitió circular por las rutas terrestres y ser parte de la dirigencia de la transportación.
Su primer vehículo.
Ya profesionalizado, su padre, Valentín Piedrahita (+) le prestó dinero para la compra de su primer camión, marca Dodge con motor Perkings, año 1977 para transportar banano, madera y ganado. En ese entonces existían pocos vehículos de ese tipo en el país y había bastante trabajo y muchos ingresos. Esto le permitió ahorrar y posteriormente con créditos bancarios, adquirir dos camiones más.
Afirma que esto lo logró porque no existía mucha competencia desleal como en la actualidad, aunque conducir era más cansado y complicado pues eran vehículos de solo cinco velocidades sobre carreteros empedrados. “Ahora, hay camiones de 15 o 16 velocidades, con aire acondicionado y hasta con camas para el descanso de los choferes y mejores carreteras. Antes no se conocían los vehículos tipo mula ni cabezales”, señala.
En la actualidad Piedrahita reside en la ciudad de Vinces. Tiene inco hijos, procreados en dos compromisos. Una es mujer y cuatro son varones, quienes también sienten vocación y pasión por la transportación. Ellos se iniciaron como camioneros y ahora uno es dueño de un tanquero y los tres son propietarios de volquetes.
Los carreteros de ese entonces.
Nos da a conocer que en los años 70, el viaje del camión con carga de banano desde Esmeraldas hasta Puerto Bolívar en El Oro, demoraba hasta 22 horas en su recorrido, porque los carreteros eran empedrados.
Además, entre Babahoyo y Quevedo, se demoraba en recorrer entre tres horas y media hasta cuatro, porque el carretero era igualmente malo. En la ruta Babahoyo – Guayaquil, unas tres horas, porque parte del trayecto de esta vía era asfaltada y otra lastrada. “Ahora, el tiempo de los viajes es menor debido a que las vías son asfaltadas en su mayoría”.
Sus anécdotas
Sonimborrables sucesos que vivió durante las temporadas invernales, cuando alguno de los camiones se enterraban en las guarda rayas, durante las noches o madrugadas, ya que a falta de repelente contra insectos, debía sumergirse y permanecer en posas con agua para evitar ser picados por abundantes mosquitos.
Otra anécdota se relaciona con las caídas de árboles debido a los ventarrones. Caídos en el centro de las carreteras se convertían en obstáculos infranqueables que impedían la circulación de los vehículos. Aún guarda en su memoria, la solidaridad y generosidad de los campesinos, quienes con hacha en mano sin esperar paga alguna, despejaban la carretera y hasta lo invitaban a desayunar o almorzar.
Dice conocer todo el Ecuador y que trabajó en empresas petroleras, cuando circular por el Oriente ecuatoriano era una verdadera odisea. Conduciendo las volquetas cruzaban los ríos sobre palizadas de madera de balsa y algunas veces hasta de retro.
Su vida en la dirigencia.
Siente orgullo de ser transportista, porque su trabajo le ha permitido ganar dinero, sostener a su familia, adquirir bienes, representar a sus compañeros y luchar por el bienestar de la clase del volante.
Piedrahita es creador de 27 compañías de transporte pesado en diferentes lugares del país. Entre ellas está la Río Vinces de la cual es su gerente en la actualidad. Además, se ha desempeñado como presidente de la Unión Regional de Transportes Pesados de la Costa, Vicepresidente de la Cámara de Transportes Multimodal de Los Ríos y Vicepresidente de la Federación de Transportes Pesados de Manta.
Los vehículos repotenciados.
El dirigente afirma que en la Costa hay aún vehículos de los años 56 y 60 que han sido repotenciados y continúan rodando por las carreteras.
Les digo a los compañeros que debemos circular con nuestros carros en buenas condiciones. Ya se acabó la época en que nos movilizábamos con los guardafangos amarrados con alambres y soldadas las hojas del sistema de los paquetes de la suspensión. Recomiendo que aunque el camión sea viejo, debe estar en buenas condiciones mecánicas, bien pintado y con una buena presentación”.
Un sacrificio constante.
Asegura que la transportación es uno de los gremios que más aportó durante la crisis por el Covid con el traslado de alimentos, medicinas, féretros, hospitales móviles y de los primeros que sufrió la pérdida de la vidas. Él conoce de 16 compañeros de la región costera que ya no están con nosotros como consecuencia del Covid 19.