13 de enero 2020 9:52 por: Maritza Guevara
El 17 de octubre de este año -cuatro días después de que concluyó la huelga nacional convocada por varios sectores sociales e indígenas-, la Federación Nacional de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape), a través de su titular Luis Felipe Vizcaíno, remitió a Lenin Moreno, presidente de la República, una misiva de tres páginas donde le solicitaron ser incorporados en las mesas de diálogo. ¿La razón? Sustentar técnicamente sus propuestas para desarrollar un “plan de reactivación del transporte pesado del Ecuador” que permita superar una de las “crisis más fuertes de su historia”.
El contenido de la misiva lo hemos desarrollado luego de conversar con el indicado dirigente gremial y lo presentamos a continuación:
Este sistema permitirá tener camiones más eficientes y modernos orientados a la protección ambiental y optimización energética. El plan sugiere la entrega de 27 mil dólares de bono por cada trailer que se quiera chatarrizar. Haciendo una comparación cercana, en Colombia está vigente un plan de chatarrización donde un tractocamión recibe 30 mil dólares hasta ser renovado.
El Gobierno debería entregar los recursos necesarios para que la ANT se modernice y digitalice. Actualmente, la entrega o actualización de un permiso de operación, incremento de cupo, título habilitante, etc, demora entre 4 y 5 meses porque se lo hace de manera física. Una vez que se digitalicen todos los servicios solo tomaría unos pocos minutos, como ocurre con los trámites que se efectúan en el Servicio de Rentas Internas (SRI) o la Superintendencia de Compañías.
En el Gobierno de Rafael Correa se creó la denominada la figura denominada “cuenta propia” lal cual está orientada a que los productores puedan tener un camión para mover los insumos propios de su actividad productiva. Sin embargo, esto ha causado que se provoque una proliferación excesiva e indiscriminada en varias ciudades, a tal punto que actualmente los comerciantes, productores, despachadores y hasta los operadores logísticos, no solo se dedican a esa actividad, sino que también han empezado a ofrecer fletes a posibles clientes, lo cual genera una competencia desleal con los sectores organizados en asociaciones o federaciones. Los operadores logísticos usan mal esta herramienta de facturación que les otorga el SRI, camuflándose bajo la figura de servicios de transporte pesado de carga y descarga, con lo cual provocan caos en la percepción del servicio de transportación de carga pesada. Debido a las razones ya explicadas, la Fenatrape pide al Gobierno que suspenda o regule la modalidad de Cuenta Propia.
De forma directa 250 mil familias viven del transporte pesado, generan 400 mil empleos directos y 600 mil indirectos. En el Ecuador existen 227.000 camiones (pequeños, medianos y grandes), y la tasa de crecimiento anual bordea el 8% al 9%. Pero, el crecimiento de la oferta de carga apenas creció entre el 1 y 2%, y por eso hay falta de trabajo. Esta sobreoferta está destrozando los fletes del transporte pesado. Con el fin de regular el exceso desmedido de vehículos de carga, se debe establecer el sistema del “uno por uno” para regular que por cada camión que entre al sistema económico salga otro, tal como lo tienen los países vecinos. Sostiene Vizcaino.
“En el Ecuador existen 5 000 empresas de transporte de carga, de las cuales 2 500 son de papel porque no contribuyen al fisco y se dedican a la venta (ilegal) de cupos solo para beneficiarse de la exoneración en las matrículas, lo cual ha generado una sobreoferta de camiones y, como consecuencia, la caída de los fletes.
En Ecuador, un tráiler cuesta 170 000 dólares y en Perú o Colombia su precio está por los 95 000; aquí una llanta vale 500 dólares y en Perú 200. El costo de los repuestos es un 60% más caro comparado con esos países. Estos costos generan en el transporte ecuatoriano falta de competitividad. Si se lograra contolar estos precios, se permitiría al país ser exportador de servicios logísticos por estar ubicado en un sector estratégico del área andina.
Se ha estructurado un plan integrado entre la Fenatrape, la Corporación de Tránsito del Ecuador (CTE) y la Policía Nacional para que, a través de un canal directo de información (vía redes sociales como Whatsapp, Twitter, Facebook), para construir un eje de seguridad con el fin de prevenir robos y asaltos en carreteras, principalmente en las rutas Quito- Guayaquil, Cuenca-Guayaquil y Guayaquil-Machala. Este “pacto ético contra la corrupción” en las carreteras permitirá denunciar los “abusos y chantajes” del que muchas veces son víctimas los transportistas en las vías del país. En los camiones se colocarán stickers para que sean identificados como Fenatrape.
El precio del galón del diésel no puede subir para el sector del transporte público de carga y de pasajeros, ya que afectaría a los ciudadanos. En el nuevo decreto de focalización de subsidios no se debe incluir mecanismos artificiales que distorsionen la economía a través de impuestos o subsidios indirectos. El llamado subsidio al diésel no lo reciben directamente los transportistas pesados, “ni se queda en nuestros bolsillos, ya que nosotros, en un escenario de libre oferta y demanda, trasladamos el valor de los fletes al sector de la industria y el comercio; y a su vez, estos sectores trasladan dentro de sus costos de producción en los productos finales, a todos los consumidores y a la sociedad en general. Por lo tanto, quienes reciben el subsidio son todos los consumidores del Ecuador”.
La ley que ingresará al pleno de la Asamblea para el segundo debate es persecutoria y coercitiva pues no tiene un enfoque de desarrollo y de reactivación. La ley debe tener dos ejes: regulación y control del tránsito empoderando a la ANT como una entidad técnica, y esto complementado con la creación de la Secretaria de Seguridad Vial a cargo del Ministerio de Transporte, la cual selrá la encargada de liderar una política de señalética a escala nacional, colocación de reductores de seguridad, semaforización, construcción de patios de estacionamiento en tramos de carreteras para que los conductores puedan descansar, etc.