29 de agosto 2018 8:02 por: Maritza Guevara
Por Janeth Cruz
QUITO
Innovación y creatividad, con estos calificativos se puede describir la variedad de artículos que se elaboran con llantas que han terminado su vida útil, y evitar que el caucho permanezca en quebradas y ríos, contaminando el ambiente y los ecosistemas.
Bisutería (aretes y collares para lucir con ropa formal e informal), mesas, sillas, joyeros, macetas, césped artificial para canchas, materiales para la construcción, alfombras, pisos, zapatos, guantes, moquetas, etc, son algunos de los objetos que se confeccionan con neumáticos usados y, que las empresas reencauchadoras e importadoras de vehículos y llantas, Conauto y Durallanta, las recolectan. Incluso, se planifica un proyecto, en colaboración con las empresas cementeras, para usarlas como material para generar energía.
¿Cómo es el proceso?
Desde el 1 de julio pasado, la Corporación Sistema Ecuatoriana de Gestión Integral de Neumáticos Usados (Seginus), aprobada por el Ministerio de Ambiente en octubre de 2017, empezó a cristalizar su proyecto de reciclaje de neumáticos con el apoyo de la empresa privada. A partir de su inauguración -esta empresa nacional sin fines de lucro- ha logrado reunir alrededor de 10 000 llantas, su objetivo es reciclar 1 millón en 12 meses.
La “transformación” de un neumático que terminó su vida útil inicia en la planta de tratamiento de Seginus ubicada en Latacunga, a poca distancia del ingreso a la parroquia Guaytacama.
Al moler la llanta se transforma en un fino polvillo que se convierte en la materia prima para la confección de un sinnúmero de productos. En la fábrica laboran especialistas en ingeniería industrial, mecánica, logística y ambiental. Jacinto Monserate, gerente de Seginus, cuenta que los pasos para el procesamiento de una llanta varían según las necesidades del cliente. Por ejemplo: para fabricar el césped sintético que cubre una cancha, la llanta es transportada a la planta de granulado. Allí la trituran convirtiéndola en gránulos de diferente tamaño y son colocados en las canchas según el pedido.
Para artesanías o bisutería. No se requiere pulverizar la llanta, se realizan cortes especiales de acuerdo al tipo de artículo a confeccionar. Los moldes dan forma a cada objeto. Para este trabajo se usan llantas de lona por ser más fácil procesarlas pues no contienen alambres, como las llantas radiales. Seginus cuenta con un sistema de seguimiento con el cual, empresas como Conauto o Durallanta, a través de sus procesos de distribución y sus puntos de venta registran sus solicitudes para la recolección de los neumáticos que los acopian en sus bodegas. Seginus se encarga de ejecutar los cronogramas para la recolección del producto. Esta iniciativa impulsa a que los desechos sólidos especiales sean reusados de manera correcta.
Para comenzar, la normativa 098, dictada por el Ministerio de Ambiente, obliga a recuperar el 35% de las llantas (tras culminar su vida útil). A futuro, la intención es alcanzar el 100% en la reutilización de manera responsable. Con la transformación de la llanta en otro producto se crea conciencia de respeto al ambiente y la recepción por parte del consumidor final es positiva.
El proyecto nace como una iniciativa privada en atención a un requerimiento del Ministerio de Ambiente el cual regula la gestión del reciclaje de los neumáticos que terminan su vida útil y que están fuera de uso. Los importadores, el productor local, los comercializadores y los puntos de venta se unen a través de la corporación Seginus, para articular toda la gestión de la reutilización del neumático usado.