19 de abril 2021 9:00 por: Francisco Celi
BV 146 Abril - Mayo 2021 • Huaquillas
Salir de Gualaquiza con cuatro u ocho pasajeros es trabajar a pérdida; quizá, antes podría tolerarse, pero ahora no: todo está caro. Los buenos tiempos del transporte se acabaron; es el criterio de Julio Peláez, propietario de una unidad de la Coop. Nambija.
Conductor de vocación, con 40 años de experiencia, compró su primer vehículo en 1980. Lojano, nacido en Vilcabamba, tiene 67 años. Trabajó primero en la desaparecida Coop. Saraguro, después en la Suroriente y, finalmente, en la Nambija. Añora el tiempo de antes, porque ahora lo que ingresa, no alcanza ni para pagar deudas, afirma.
Dos fantasmas subieron a la parrilla
De su larga trayectoria dice haber visto dos fantasmas. En una madrugada de luna llena, año 1993, en la vía a Zumba, “en la zona donde se cayó el avión de la Cóndor, por la quebrada de los muertos”, pudo ver clarito, a través del retrovisor, dos figuras subiendo hacia la parrilla repleta de carga. No se detuvieron en el lugar; luego, el ayudante quiso comprobar si eran ladrones, pero no encontró ni rastro.
Con emoción cuenta que jamás ha tenido un accidente, ni arrollamientos, gracias a que nunca le gustó correr. Dice que la clave es ser responsable: no beber, descansar bien y cuidar el vehículo. “Recordar que, a uno y a los pasajeros, la familia nos espera”.