20 de octubre 2020 10:00 por: Luis Ruiz
BV 143 - Octubre/Noviembre 2020 • Guayaquil
José Benavides no da su brazo a torcer. Como conductor ducho, con centenares de batallas sobre su espalda, asegura que seguirá luchando por los intereses del gremio que representa y que está afectado. Este dirigente volquetero, no parará hasta encontrar una salida al maremoto que representan los problemas de la internación temporal en este sector del transporte.
El punto de partida para Benavides se remonta a varios años, cuando el Gobierno anterior contrató para realizar varias mega obras en el país. “Todo esto suponía bienestar para los ecuatorianos, pero las empresas chinas que contrataron trajeron mano de obra y maquinarias propias lo cual incluyó miles de vehículos”, dice Benavides, quien es presidente de la Federación de Volqueteros del Guayas.
Esta internación “temporal” de carros noqueó a los volqueteros locales, ya que no solo se les quitó plazas de trabajo, sino que también esos vehículos gozaron de los beneficios que por años lucharon para obetner los transportistas, y luego, se quedaron perennemente en territorio ecuatoriano e inclusive los han “legalizado” por vías dudosas para poder venderlos a precios sumamente bajos, contraviniendo claramente a la Ley que indica que deben salir del territorio nacional una vez que han cumplido su trabajo.
“Estos vehículos no debieron ingresar al país puesto que abusaron de la Ley de Internación Temporal, que señala que sólo cuando no exista la suficiente capacidad de transporte, en este caso de volquetes, se puede traer vehículos de otros países. Entraron, pese a que las unidades existentes en el país cumplían la demanda”, manifestó Benavides a RBV.
“Cuando estos carros extranjeros llegaron, les colocaron la placa de internación temporal y les liberaron de impuestos y aranceles. Fue un abuso. Cuando hicieron las obras Cañar- Naranjal, la ampliación de algunas vías en Los Ríos, Esmeraldas, nunca se llamó a nuestra Federación para los trabajos, buscaron una argucia para sacarnos del camino”, añadió el dirigente, quien presentó muchos oficios para poner a disposición 2000 vehículos para que laboren, pero solo “acusaron recibo” en los ministerios competentes, sin ningún tipo de respuesta valedera; y, “se suponía que con estas mega obras íbamos a tener trabajo, pero nos hicieron ´pelo y barba´ los chinos pues trajeron todo”, indicó.
Para Benavides, el transporte es motor de la economía. Como ejemplo, explicó que el año pasado, cuando trabajaron en Naranjal, reactivaron la economía de ese cantón. “Hubo un bárbaro crecimiento económico desde las vecinas de la tienda, los restaurantes, hasta bombas de gasolina e importadores de repuestos y llantas”.
Benavides indica haber tocado decenas de veces las puertas de ministerios y autoridades, buscando trabajo para los 2000 carros que agrupa su Federación o para pedir explicaciones, pero son esfuerzos inútiles. La internación temporal abarata costos y reduce (por no decir elimina) su opción de laborar. “Antes pagaba 4 mil dólares mensuales del carro, ahora 1800 y aun así, debo 52.000 dólares”, añade.
La empresa China International Water&Electric Corp. dirigida por Zhang Yixin, tiene los centenares de carros a los que apuntala Benavides. “La ley no nos ampara. Además, el SRI en su afán recaudador, accede al trámite de darles RUC para que facturen. En cambio nosotros, un carro nuevo demoramos en matricular hasta 8 meses y debemos pagar la mensualidad sin producir. Ellos accedieron a nuestros logros y nosotros en una crisis bárbara”, agrega.
La terciarización es otro mal que los aniquila. “Tengo carpetas de juicios de las operadoras, que denuncian deudas que suman un millón y medio de dólares y, como decimos en el argot popular, la gente sale pateada. Nos subcontratan, no nos pagan y no tenemos a quien reclamar”, dijo.
“La autoridad ha permitido esto por la inestabilidad jurídica y económica que vive el país. Pedimos realizar mesas técnica con el ministro del Transporte, José Martínez y seguimos esperando sentados. Al Gobierno le quedan pocos meses, pero puede dejar una hoja de ruta para seguir trabajando”, finalizó Benavides.