20 de junio 2023 9:00 por: Ana Maria Moncayo
BV 159 Junio-julio 2023 • Quito
El pasado 27 de mayo ocurrió un siniestro en la vía Quito-Guayllabamba: un tráiler que llevaba Coca Cola sufrió un desperfecto y en el intento por detenerse afectó a 23 vehículos livianos, dejando como resultado 3 fallecidos y 20 heridos. Las autoridades determinaron que ocurrió por un desperfecto en los frenos. El hecho da que pensar y deja interrogantes.
Según fuentes oficiales, el tráiler tenía los documentos al día y había pasado por todas las inspecciones técnicas que autorizan su circulación. Entonces ¿qué pasó?
Algunos de nuestros entrevistados sostienen que entre los factores que pudieron incidir están: 1) falta de pericia del conductor; 2) mantenimiento deficiente; 3) en esa vía no existen fosas de frenado; 4) la vía es muy peligrosa. Sin embargo, más allá de las circunstancias particulares, es urgente analizar aspectos importantes que podrían determinar y evitar hechos similares.
Las licencias de conducir
La ANT es el organismo encargado de entregar todo tipo de licencias. Según nuestros entrevistados, uno de los problemas es la facilidad con la que se entregan estos documentos (hasta con tramitadores que descaradamente pregonan en redes sociales sus servicios para obtener la licencias sin presentarse personalmente); y para el caso de vehículos de carga pesada, no se exige como requisito la experiencia previa en conducción de vehículos pesados.
Para manejar vehículos de carga pesada y extra pesada: camión, tráiler, volqueta, plataforma… se debe portar la licencia E. La ANT permite obtener esa licencia por primera vez con un simple curso de aprendizaje más otros requisitos. Pero, la experiencia y pericia para manejar este tipo de vehículos no se obtiene en un curso de 9 meses tal como ofertan las academias de conducción. En este contexto, la obtención de una tipo E debería estar condicionada a haber obtenido previamente una licencia tipo C y con tiempo de experiencia.
Al no existir este requisito, obtener la licencia E es muy sencillo. Lo que se olvidaron los “técnicos” de la ANT al autorizar este procedimiento, es que la experiencia y experticia no se obtiene de la noche a la mañana. Pese a reiteradas solicitudes, la ANT no ha atendido y cambiado el procedimiento.
El control de pesos y dimensiones
Analizando más allá, nuestros entrevistados coinciden que existe una norma que no se cumple: el control de pesos y medidas regulado en el Reglamento de Pesos y Dimensiones, aprobado mediante Acuerdo Ministerial 018-2016 de 5 de mayo, 2016.
El Reglamento establece los requisitos que deben cumplir las personas naturales o jurídicas propietarias de camiones de carga pesada para transportar mercadería. Según nuestros entrevistados, no se respetan los pesos establecidos por fábrica. Buen número de camiones van sobrecargados y, si sucediera un imprevisto como un operativo de control de seguridad, resultan muy difíciles de controlar. En consecuencia, son un peligro en potencia.
Adicionalmente a este incumplimiento en el punto de origen de la carga, no existe controles en carretera del peso y medidas que llevan. Si existieran equipos precisos de pesaje habría mucho cuidado entre los involucrados para no ser sancionados. Ante la falta de recursos del Estado para implementar estos controles, los servicios podrían ser concesionados como lo son los radares.
Los informales, ilegales y piratas
No se debe dejar de lado a la informalidad. En este sector hay transportistas agremiados, no agremiados y otros que van por “cuenta propia”, modalidad regulada en el Reglamento de Transporte por Cuenta Propia (R.O. Suplemento 36 de 5 de agosto 2013). Un “cuenta propia” no es transportista pero mal utiliza su permiso para transportar bienes no autorizados en su permiso. No aplica el Piso Tarifario, ni lleva un control elemental de costos y se ofrece a transportar por valores ínfimos que perjudican a todos los transportistas legales y hasta ilegales.
Por otro lado, varios transportistas ahogados en deudas, aceptan sobrecargar sus camiones hasta con el doble, con tal de “reunir para cubrir la letra del banco, aunque no quede para comer”.
Ese no es el único determinante para aceptar transportar mercadería en condiciones desiguales. Hay otros factores como: los contratos son individuales (por mercadería entregada), la competencia, los “piratas”, los que no quieren regresar vacíos y un sinfín de otras condicionantes.
La corrupción vergonzosa
Lamentablemente, la corrupción atraviesa todo lo dicho. Nuestro país se desangra ante la mirada indolente de toda la sociedad. Hay corrupción en la obtención de licencias, en los permisos para circular, en las revisiones mecánicas, en el accionar de malos policías y agentes, en la construcción de carreteras, dentro de ciertos sindicatos y organizaciones gremiales… Una larga lista que parece no terminar y que está marcando la peligrosa pauta del futuro del Ecuador.