El camioncito que se volvió famoso.

20 de octubre 2020 6:57 por: Maritza Guevara
BV 143 - Octubre/Noviembre 2020 • Quito

¿Recuerdan el video del camioncito lleno de adornos, luces, licuadora, cromados? Que lucía tan elegante y se hizo viral. La suerte nos acompañó y los propietarios se comunicaron con nosotros para contarnos su historia.

Armando Atis (39 años) y Betsy Noguera (33 años), los esposos propietarios del juguetito, nos enviaron su número telefónico de Colombia, por eso creímos que eran del país vecino; aquí está su historia:

Vivimos en la parroquia El Carmelo provincia de El Carchi, somos ecuatorianos, lo que pasa es que donde vivimos no hay señal ecuatoriana y como es frontera coge señal colombiana. Nos dedicamos a la agricultura y ganadería.

¿Como es que tienen esa afición de los transportistas?

Armando inicia su historia: En mi juventud a los 17 años manejaba camiones Ford, Chevrolet, Hino, el NPR lo que había. Transportaba papas a Ibarra, Quito, traía abono, bloques. Aprendí a manejar en un Ford 600, ahora tengo licencia tipo C.

Un año antes de casarnos compré el camión que luego se convirtió en una herramienta de trabajo y gracias al él pudimos salir adelante con nuestros hijos. Le tenemos 8 años, es un Ford 600, modelo 1975, motor Nissan 200 a diésel. Lo elegí porque los carros nuevos se avalúan mucho. Este carro es para andar por la trocha transportando ganado, abono, semillas y le podemos dejar en la vía y nadie le hacía caso porque cuando lo compramos estaba deteriorado; pero, ahora que ya lo hicimos arreglar roba muchas miradas.

Lo queremos mucho pues este carro nos lleva las herramientas, el agua para fumigar, de todo. Es nuestro principal compañero ya que nunca nos dejó varados en la vía y por eso le premiamos rejuveneciéndolo porque nos ha ido bien en la agricultura. Me gusta tener a mi herramienta bien bonita, limpia, pulida y así me da gusto sentarme al volante y seguir mi camino con emoción.

El proceso de la transformación.

Primero, se enderezó latas para pintarlo. Luego, vino el toque del acero inoxidable que es el lujo para muchas partes. Se le arregló por dentro y por fuera, tiene parlantes potentes, un gran equipo de sonido, palancas de cambios llamativa, etc. etc.. La cabina está remodelada completamente. Cuando me fui a Cali a vender papas le compré las luces LED en la vía Cali-Ipiales en Popayán porque ahí son más baratas y, gracias al Ing. Ulises Benavides de Industria Iluman y con mis ideas lo plasmamos en la nueva apariencia.

Betsy añade: Queríamos que conserve su originalidad pero que también se destaque poniéndolo luces para verle bonito y que participe y gane en los concursos de luces.

¿Que adaptaciones le hicieron?

No son muchas. Los maestros eléctricos de Ipiales en el taller de Rafael Ayala le cambiaron toda la instalación porque estaba con mucho taipe, cables pelados y así es un peligro. Hicieron un trabajo lindo, estos maestros hacen las cosas bien y por eso tienen bastante clientela.

Betsy añade: Todas son luces LED y tiene dos baterías de 12 voltios. No se consumen las baterías, aunque nos recomendaron que le cambiemos por baterías de una retroexcavadora que tienen más voltaje y duran más.

¿Que tiempo está engalanado el vehículo?

Betsy indica que recién lo están “estrenando” porque el camión pasó casi 6 meses haciéndose los trabajos de un taller a otro, o sea el tiempo de la pandemia.

¿Cuanto les costo?

Invertimos en el sonido, luces, pintura, adornos, cromados; todo, todo está en unos 25 millones de pesos, que en dólares es USD 7.500 a 8.000. Compramos el carro en USD 6.500. “Nos costó más ponerle bonito y es por el cariño que le tenemos ya que nos ayuda mucho y no nos dio pena invertir. Lo estamos preparando para participar en un concurso de luces, ahora está en Tulcán pegándose una lavadita”.

Betsy nos hace una solicitud: El carro se lo trabajó en Ecuador y Colombia en Ipiales. Por favor les pido etender un agradecimiento especial a los maestros que lo engalanaron, ya que sin ellos no hubiera sido posible el arreglo del carro. Nunca creímos que iba a robar tantas miradas, solo por un video que Revista BUEN VIAJE subió a Facebook, ya se hizo famoso.