19 de abril 2021 9:00 por: Janeth Cruz
BV 146 Abril - Mayo 2021 • Quito
Desde el 31 de marzo, BUEN VIAJE consultó a los ministerios de Obras Públicas y de Productividad información al respecto; pero, el esfuerzo fue infructuoso, y hasta el cierre de esta edición no hubo acceso a tal información. La respuesta en Obras Públicas sobre el Plan Renova fue que el proyecto ya no está activo por falta de recursos; sin embargo, nada nos informaron sobre el parque automotor obsoleto.
La contestación del Ministerio de la Producción fue que el Plan Renova no se encuentra bajo las competencias de esa cartera, ya que hace varios años atrás le fue otorgado al MTOP, y “por ese motivo no podríamos brindarles información”, dijeron funcionarios de la Dirección Nacional de comunicación.
Otra de las posibilidades que se evaluó para acceder a la información fue hacer una consulta directa a la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), y fue que, a través de Carlos Zaldumbide su director ejecutivo se conoció que en 2017 la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE) suscribió un convenio con el ministerio de Obras Públicas para el denominado Plan Renova 2.0, futuros proyectos, y el destino de los carros viejos.
Desde el 1 de abril, este medio de comunicación solicitó a la AEADE información sobre los términos de este acuerdo. La respuesta de la Asociación fue que por cuestiones de teletrabajo el documento que se solicita está disponible en la oficina, pero no en casa. “Pero estamos viendo cómo hacer”, contestaron.
Casi 50 mil pesados viejos circulan aún
La única información extraoficial que se conoce hasta el momento es que los vehículos de carga pesada que tienen más de 30 años rodando estarían en alrededor de 50 mil unidades según el registro en la ANT. Este dato fue proporcionado por funcionarios de la Federación Nacional de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape).
“Renova” arrancó en 2008, y fue suspendido por el gobierno en 2017. En la Fenatrape aspiran que el nuevo régimen que se posicionará el 24 de mayo retome el proyecto para que los transportistas tengan la opción de cambiar su unidad y mejorar sus condiciones de operación. Un vehículo que ya superó su vida útil consume un 50% más de combustible que uno nuevo y contamina más el ambiente.