20 de junio 2023 9:00 por: Luis Ruiz
BV 159 Junio-julio 2023 • Guayaquil
Pese a la labor de la Corporación de Operadores de Transporte Pesado Terrestre por el bienestar común de sus socios, la competencia desleal es un cuento malicioso e interminable.
En la cadena logística de comercio exterior el transporte local es parte importantísima, pero poco valorada por las navieras que decolaron en Ecuador, cuyo poderío económico y alcance monopolizan el mercado e imponen bajos precios en los fletes terrestres.
La Corporación no tiene un músculo económico como el de las navieras; pero, pese a sus limitaciones busca los escenarios adecuados para defender e impartir justicia para sus socios. En conjunto con una comisión de la Asamblea se buscaba soluciones tangibles para el gremio, pero la conmoción política que derivó con la muerte cruzada, frustró este plan. Eran 3 los asambleístas interesados en el tema, pudo conocer RBV.
“También pusimos una demanda hace 2 años ante la Superintendencia de Control de Mercado. Hacemos nuestro mejor esfuerzo para nuestros socios, a quienes capacitamos constantemente”, manifestó Santiago Garzón, presidente de la Corporación. “Las navieras tienen la política de navegar en tierra lo cual afecta nuestros intereses”.
“La informalidad, la distorsión de la ley permisiva (por la cual el SRI otorga RUC a personas naturales) y el acaparamiento en el que se ve inmerso el transporte, perjudican a los pesados regularizados en el Puerto de Guayaquil. Las navieras más grandes del mundo recalan en Guayaquil de manera directa y esto supondría un beneficio económico para la cadena logística; pero el transporte terrestre pesado, es mal pagado.
“La competencia desleal es nuestra lucha constante, pero no se hacen respetar las tablas de precios que emitió la ANT”, manifestó el conductor Elías Vicuña. Esta premisa es el factor común entre desalentados transportistas que consultó RBV. Las organizaciones existen. La puja es constante y diaria. Los gigantes contra los que se lucha hacen que la pelea sea dispareja. Los paros no son una opción entre transportistas trabajadores y leales a sus principios. Queda el anhelo de que vengan mejores opciones con nuevos gobernantes.